Para mantener un sistema de
calefacción en óptimas condiciones, necesitas considerar sus
características, funcionamiento y los hábitos de operación del usuario.
Si bien existen distintos tipos de sistemas de calefacción central,
conservarlos libres de polvo e impurezas evitará fallas y ofrecerá el
mejor rendimiento a los usuarios. Recuerda que siempre será mejor
prevenir
Para que tengan una operación y un
desempeño óptimo, la mayoría de estos equipos deben cumplir con
normativas y estándares internacionales de seguridad, como los que
expiden Underwriters Laboratories y el Air-Conditioning, Heating &
Refrigeration Institute, los cuales se concentran en eficiencia
energética.
Antes de comprar un equipo, verifica que
cumpla con estas normativas o estándares, ya que sólo así se garantiza
un adecuado funcionamiento de combustión externa al área por
acondicionar y, por tanto, las posibilidades de que haya presencia de
gases de combustión (CO o CO2) son prácticamente nulas, lo
cual depende también de una correcta instalación y aislamiento de los
ductos de calefacción al interior del área por climatizar.
Equipos centrales
Los equipos de calefacción ambiental, al
igual que los de aire acondicionado o minisplits, requieren
mantenimiento para permanecer en condiciones normales de operación, así
como para prevenir fallas, malos funcionamientos, condiciones
incorrectas de operación, exceso de consumo de energía por equipos
sucios, desgaste y malos contactos de terminales eléctricas o
electrónicas.
Las unidades tipo paquete (centrales o
divididos) se basan en el principio de funcionamiento por convección
forzada, en el que un ventilador hace pasar una corriente de aire a
través de un intercambiador de calor, el cual es un dispositivo
especialmente diseñado para permitir el intercambio de calor entre dos
fluidos, sin que haya contacto directo entre ellos. Los más utilizados
son los serpentines.
Brindarle un buen servicio a estos
equipos te permitirá mantenerlos en adecuadas condiciones de operación
para contar con un ambiente confortable en épocas de temperaturas frías
extremas, al mismo tiempo que se evita un consumo excesivo de energía.
Cada uno de los componentes de estos
equipos requiere labores de mantenimiento específicas, según sus
alcances, entre las que se encuentran las revisiones periódicas. Para
realizar la más adecuada, debes contar con información suficiente sobre
los distintos tipos de mantenimiento que se deben hacer al equipo ya
instalado, además de identificar las acciones en cuanto a hábitos de uso
y operación, ya que también son determinantes para el buen
funcionamiento y la durabilidad del sistema de los equipos.
Mantenimiento preventivo a bombas de calor
- Desconecta la alimentación eléctrica del equipo y realiza una inspección de sus elementos, entre los cuales debes considerar las partes móviles, a los cuales se les deberá hacer una limpieza general
- Inspecciona la calidad y la limpieza de los filtros de la unidad manejadora del sistema, ya que normalmente se encuentran instalados en el ducto de retorno o en un bastidor especial ubicado en el retorno de la unidad. Los filtros sucios pueden generar esfuerzo excesivo en el compresor del sistema, así como en el motor del evaporador, ocasionando sobrecalentamiento en los componentes y falla prematura del equipo; por otro lado, tampoco permiten el correcto flujo de aire a través del intercambiador del equipo, minimizando gravemente la capacidad de calentamiento del mismo. Se recomienda realizar la revisión de los filtros de aire cada dos meses
- Examinar y limpia el motor y la turbina del ventilador. En ocasiones, la acumulación de polvo en estos componentes o en la carcasa, además de minimizar la capacidad del ventilador para mover el aire, impide el enfriamiento del motor, lo que puede ocasionar sobrecalentamiento
- Verifica que el motor tenga una buena lubricación, ya que puede haber daños por desgaste en los rodamientos, comprueba el correcto funcionamiento del motor de la unidad exterior.
- Revisa el estado de las aspas del ventilador y reaprieta todos los elementos del equipo, corroborando que no haya partes sueltas que puedan convertirse en un peligro potencial para la unidad
- Recuerda revisar los serpentines, tanto de la unidad interior como de la exterior. De haber suciedad, retírala del sistema, ya que un serpentín sucio no permite una buena transferencia de calor, lo cual provocará pérdida de eficiencia energética y el equipo podría sufrir mal funcionamiento o daño grave, además de que esto promueve un ambiente favorable para la formación de hongos y bacterias. En ocasiones, los serpentines de las unidades exteriores se encuentran dañados por efecto del medioambiente, por descuido o por negligencia humana, ocasionando que las aletas de los serpentines estén dobladas; esto impide el correcto flujo de aire a través del serpentín. Se recomienda enderezar el aletado con un peine de condensador.
- Inspecciona que la unidad se encuentre perfectamente nivelada, que la bandeja del drenaje esté limpia y la tubería no tenga obstrucciones
- Revisa y ajusta la carga de gas refrigerante y, si al evaluar la carga de una unidad de aire acondicionado detectas que falta refrigerante, deberás revisar que no haya fugas antes de recargar el equipo. En caso de localizar una fuga, debes repararla y, posteriormente, realizar la recarga de gas refrigerante hasta completar el nivel necesario
Después de haber realizado el
mantenimiento preventivo de la unidad de bomba de calor, deberás
concretar la verificación del equipo poniéndolo a trabajar, comprobando
que todos y cada uno de los parámetros de operación se encuentren dentro
de los rangos establecidos por el fabricante.
Te recomendamos revisar periódicamente
la parte eléctrica del equipo, esto incluye no tener fusibles quemados,
verificar el adecuado funcionamiento de los interruptores
termomagnéticos o las conexiones eléctricas, ya que, en ocasiones, por
acción de las vibraciones mecánicas producidas por el mismo equipo,
pueden llegar a aflojarse provocando que las terminales se
sobrecalienten y se quemen.
Mantenimiento preventivo de calefactores a gas
Al igual que en el caso del
mantenimiento preventivo a bombas de calor, primero debes desconectar la
alimentación eléctrica de la unidad para evitar una descarga. Luego
tendrás que cerrar la válvula de suministro de gas al equipo para
posteriormente retirar la tapa de acceso a la tarjeta de control y los
quemadores. Del mismo modo, deberás quitar los filtros de aire de la
unidad. En caso de contar con filtros lavables, debes limpiarlos con una
solución de jabón suave y abundante agua; si cuentas con filtros
desechables, éstos deberán ser reemplazados.
A continuación, limpia el polvo de la
turbina, del motor del ventilador y de la tarjeta de control, ya que la
acumulación de polvo en los devanados y en la carcasa del motor puede
generar sobrecalentamiento y falla prematura. La acumulación de polvo en
las tarjetas de control puede deteriorarlas, debido a que el polvo
actúa como conductor de electricidad.
Retira el óxido o la suciedad acumulada
en el sistema de los quemadores y revisa que la línea de gas esté
correctamente ensamblada y sin fugas. En caso de encontrar alguna fuga,
deberás tomar las precauciones necesarias para corregirla; lo
recomendable es que se realice una inspección anual en el sistema de
quemadores.
Es importante recordar que no debes
operar un equipo de gas si se han encontrado fugas y no se han reparado.
Asegúrate de no almacenar sustancias inflamables cerca del mismo y
verifica que el lugar donde se encuentra la calefacción esté
correctamente ventilado. También debes realizar una inspección en los
conductos de aire caliente. Observa que no haya fugas o partes de ductos
desacoplados y que el aislamiento de éstos se encuentre en perfecto
estado, lo cual ayudará a reducir las pérdidas de temperatura durante la
trayectoria del aire caliente, con la consecuente disminución en el
consumo de energía.
Calefactores para interiores
Además de los calefactores de tipo
centralizado, existen sistemas a gas murales o aquéllos que dentro del
mismo aparato tienen el depósito (tanque, recipiente) de gas LP y los
calefactores eléctricos de pedestal. En este tipo de aparatos, la
combustión y operación se da dentro de la casa habitación o recinto por
climatizar, y por ende su operación puede ser más riesgosa. Para los
equipos a gas se deben tomar muchas consideraciones de seguridad para
evitar incendios.
Los sistemas de calefacción por
radiación consisten en calentar directamente un objeto por medio de
radiación electromagnética. El acondicionamiento en los calefactores
eléctricos se logra por convección natural. Este proceso se consigue
mediante un movimiento natural, ya que el aire caliente tiende a subir y
el aire frío a bajar. Este movimiento se logra al incrementar la
temperatura del aire que circunda al calefactor, moviéndose hacia
arriba, obligando al aire frío a bajar.
En el caso de los calefactores
eléctricos, se debe revisar que la instalación eléctrica del domicilio
cumpla con los requerimientos de voltaje y amperaje (consumo eléctrico)
del aparato, ya que al no estar dimensionado e instalado correctamente,
se pueden producir cortocircuitos en la instalación eléctrica e,
incluso, incendios. Asimismo, se debe evitar la instalación de estos
equipos cerca de materiales inflamables, así como evitar el contacto
directo porque ello puede ocasionar quemaduras de distintos grados.
Recomendaciones y pruebas de funcionamiento
Para hacer una buena inspección y
mantenimiento de los equipos de aire acondicionado y calefacción, se
recomienda el uso de las herramientas diseñadas para tal fin, como
manómetros de baja presión para medir la presión del gas, manifold de
servicio para gas refrigerante, bombas de vacío, vacuómetros,
multímetros de gancho, termómetros, detectores de fugas, llaves de
torque, entre otros.
Contar con herramienta especializada
para cada tarea te permite realizar un diagnóstico más acertado sobre
las condiciones de los equipos, por tanto, el mantenimiento preventivo
dará mejores resultados al identificar y evitar posibles fallas de
manera oportuna.
Recuerda revisar que las conexiones
eléctricas del equipo se encuentren conectadas correctamente, que no
haya falsos contactos o terminales corroídas, cerrar el equipo y
verificar las terminales en el termostato para que operen correctamente.
Luego, pon el equipo en marcha y revisa que los parámetros de operación
se encuentren dentro de los establecidos en la placa del equipo.
Finalmente, observa la flama del
quemador, que debe ser de color azul brillante, lo cual indica que la
combustión es adecuada. En caso de tener una flama amarilla, deberás
verificar que la cantidad de oxígeno y gas que ingresa a los quemadores
es la correcta. No olvides consultar constantemente el manual de usuario
de la unidad o contactar al fabricante.
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