La Unión Europea ha elaborado una estrategia de
integración de las cuestiones medioambientales en su política
empresarial así como medidas destinadas a limitar el impacto
medioambiental negativo de la actividad de las empresas sin penalizar su
desarrollo económico.
ACTO
Conclusiones del Consejo, de los días 14 y
15 de mayo de 2001, sobre una estrategia para la integración del
desarrollo sostenible en la política empresarial de la Unión Europea,
destinadas al Consejo Europeo de Gotemburgo.
Conclusiones del Consejo, de los días 6 y 7 de junio de 2002, sobre política empresarial y desarrollo sostenible.
SÍNTESIS
Las actividades de las empresas pueden someter al
entorno a una gran presión. La legislación europea establece normas que
permiten prevenir la contaminación y reparar los daños causados al medio
ambiente por las empresas. Asimismo, contiene medidas destinadas a
promover el desarrollo de actividades industriales respetuosas del medio
ambiente.
El objetivo de la Unión Europea (UE) a este
respecto consiste en disociar el desarrollo económico de las empresas de
la degradación del medio ambiente debida a sus actividades: se trata de
permitir un alto grado de conservación medioambiental sin comprometer
la competitividad de las empresas.
Prevención de la contaminación y reparación de los daños medioambientales
El artículo 174 del Tratado constitutivo de la
Comunidad Europea (Tratado CE) sienta dos principios fundamentales de la
política europea en materia de medio ambiente: el principio de cautela y
el de que «quien contamina, paga». Estos principios generales se
implementan mediante normativas específicas aplicables a las actividades
industriales en Europa.
Por su parte, el artículo 6 del Tratado CE exige la
integración de las exigencias de protección medioambiental en las
políticas de la Comunidad, dedicando especial atención a fomentar el
desarrollo sostenible.
Con la adopción de la estrategia para el desarrollo
sostenible en el Consejo Europeo de Gotemburgo de 2001, la UE se fijó
como prioridad la consecución simultánea de los objetivos
medioambientales y de la integración del medio ambiente en los objetivos
económicos y sociales.
La legislación medioambiental europea fija umbrales
para los vertidos de sustancias contaminantes por parte de determinados
sectores a la atmósfera y el medio acuático.
Con el fin de evitar o minimizar las emisiones
contaminantes a la atmósfera, el medio acuático y el suelo, así como los
residuos procedentes de instalaciones industriales, la Directiva IPPC
prevé también un procedimiento de autorización de las actividades con
un fuerte potencial de contaminación y establece los requisitos mínimos
que debe incluir toda autorización, especialmente en cuanto a los
vertidos de sustancias contaminantes.
Por otro lado, la Directiva EIA
somete determinados proyectos públicos o privados a una evaluación de
sus efectos sobre el medio ambiente previa a su autorización. Se trata,
fundamentalmente, de los proyectos relacionados con instalaciones
industriales peligrosas como las refinerías de petróleo o las industrias
químicas.
La responsabilidad medioambiental de las empresas se encuadra específicamente en la Directiva 2004/35/CE,
destinada a prevenir y reparar los daños medioambientales. Este régimen
de responsabilidades se aplica, por una parte, a determinadas
actividades profesionales explícitamente mencionadas y, por otra, a las
otras actividades profesionales cuando el operador haya incurrido en
culpa o negligencia.
Por otro lado, las empresas con actividades vinculadas con sustancias peligrosas están sujetas a determinadas obligaciones especiales para prevenir los accidentes y limitar las consecuencias.
Asimismo, la legislación europea establece normas
detalladas en materia de gestión de los residuos emitidos por las
empresas, tanto para los residuos «clásicos» (reciclado, depósito en
vertederos, incineración, etc.) como para determinados residuos
específicos (residuos y sustancias radiactivos, residuos plásticos,
residuos derivados de determinadas actividades industriales).
Además, la gestión de los residuos se considera una
etapa del ciclo de vida de los recursos y los productos. Las
estrategias temáticas sobre la prevención y el reciclado de los residuos y sobre el uso sostenible de los recursos naturales
adoptadas en 2005 se basan principalmente en métodos para fomentar una
gestión de los residuos más sostenible, reducir la producción de los
mismos, minimizar su impacto medioambiental y reducir la utilización de
recursos. Este enfoque global basado en el ciclo de vida obliga a las
empresas a administrar sus recursos y productos de forma más sostenible.
Fomento de actividades respetuosas con el medio ambiente
En sus conclusiones de mayo de 2001, el Consejo
considera que una estrategia de integración eficaz del desarrollo
sostenible en la política industrial no puede fundamentarse sólo en
instrumentos normativos, por lo que una parte importante de las
actuaciones debe partir de enfoques basados en el mercado y de carácter
voluntario. El Consejo recuerda que la integración del desarrollo
sostenible constituye todo un reto, pero al mismo tiempo es también una
oportunidad para estimular la innovación y crear nuevas perspectivas
económicas y una mayor competitividad para las empresas europeas.
La UE dispone de instrumentos que permiten
favorecer el desarrollo de las actividades económicas respetuosas del
medio ambiente: el objetivo consiste en mejorar la competitividad de las
empresas que cumplen las normas medioambientales o incluso contribuyen a
la mejora del medio ambiente. Estos instrumentos incluyen medidas
incentivadoras y otras destinadas a facilitar las actividades de las
empresas.
Entre las medidas incentivadoras que la UE ofrece a
las empresas hay múltiples posibilidades de financiación en forma de
cofinanciaciones o préstamos a través de diversos instrumentos
financieros o programas, como LIFE o los sucesivos programas marco de investigación y desarrollo, instituciones financieras como el Banco Europeo de Inversiones (BEI) o los fondos estructurales europeos.
Otros instrumentos incentivadores se refieren a la
mejora de la visibilidad y la imagen de las empresas. Se trata
concretamente de la etiqueta ecológica, del sistema comunitario de gestión y auditoría medioambientales (EMAS) y de determinados actos como los Premios Europeos de Medio Ambiente a la Empresa (EN).
Por otra parte, las medidas europeas tienen por
objeto facilitar la actividad empresarial difundiendo las mejores
prácticas mediante instrumentos como la Directiva IPPC, relativa a la
prevención y al control integrados de la contaminación, la política de productos integrada, la normalización europea o el proyecto «BEST» (EN).
La política de productos integrada es a este respecto la más importante
para la promoción de la producción y el consumo sostenibles. La
Comisión y las autoridades públicas nacionales y locales deben
desempeñar el papel de catalizadores, reforzando el diálogo y
coordinando la difusión de los conocimientos y las mejores prácticas.
Asimismo, la UE ha puesto a punto instrumentos para
mejorar el marco normativo y de gestión en el que se mueven las
empresas. Se trata, entre otras cosas, del plan de acción en favor de la
ecotecnología, del sistema EMAS y del fomento de acuerdos voluntarios entre las empresas.
Las iniciativas voluntarias de las empresas,
enmarcadas en las prácticas de responsabilidad social de las empresas
(RSE), desempeñan un papel significativo para la integración de los
asuntos sociales y medioambientales en las estrategias y las actuaciones
empresariales. Estas iniciativas traducen el compromiso del sector de
las empresas en favor del desarrollo sostenible, la innovación y la
competitividad.
Contexto
El Consejo Europeo de Viena (diciembre de 1998)
invitó al Consejo de Industria a definir una estrategia destinada a
integrar las cuestiones medioambientales y de desarrollo sostenible en
la política empresarial.
El Consejo Europeo de Cardiff (junio de 1998) sentó las bases de una acción coordinada a escala comunitaria en materia de integración de las exigencias medioambientales en las políticas de la Unión.
El sexto programa de acción en materia de medio ambiente,
adoptado en septiembre de 2002, reafirmó la importancia del principio
de integración y sentó las bases para la creación de estrategias
temáticas transversales que requieren acciones por parte de los
distintos agentes económicos y políticos.
ACTOS CONEXOS
Documento de trabajo de la Comisión, de 1 de
junio de 2004, titulado «Integración de las consideraciones
medioambientales en otras políticas: balance del proceso de Cardiff» [COM (2004) 394 final - Diario Oficial C 49 de 26.2.2006].
En este documento, la Comisión destaca los
sustanciales resultados positivos obtenidos gracias a las medidas de
integración de las consideraciones medioambientales en las actividades
industriales. Estas medidas han contribuido a la reducción global de las
emisiones de óxido de carbono procedentes de las industrias europeas y
han hecho posible desvincular la actividad industrial de la emisión de
agentes contaminantes atmosféricos (especialmente, los gases
acidificantes y los precursores del ozono), así como una disociación
relativa entre la producción de energía y la utilización de materias
primas. No obstante, a pesar de los avances registrados, la Comisión
destaca que los procesos de producción industrial representan todavía
una parte muy importante del conjunto de la contaminación de Europa. De
hecho, la industria representa el 21% de las emisiones de gases de
efecto invernadero de la UE y constituye una fuente principal de
contaminación (con, entre otros elementos, metales pesados, compuestos
orgánicos volátiles, nutrientes, etc.).
Comunicación de la Comisión, de 11 de diciembre de 2002, relativa a la política industrial en la Europa ampliada [COM (2002) 714 final
- no publicada en el Diario Oficial].
Comunicación de la Comisión, de 15 de mayo de
2001, «Desarrollo sostenible en Europa para un mundo mejor: estrategia
de la Unión Europea para un desarrollo sostenible» (Propuesta de la
Comisión para el Consejo Europeo de Gotemburgo) [COM (2001) 264 final
- no publicada en el Diario Oficial].
En este documento, la UE establece una estrategia a
largo plazo encaminada a reconciliar las políticas cuyo objetivo es
lograr un desarrollo sostenible desde el punto de vista medioambiental,
económico y social, con el fin de mejorar de forma sostenible el
bienestar y las condiciones de vida de las generaciones actuales y
futuras. En 2005 se inició una revisión de esta estrategia.
Informe del Consejo, de 9 de noviembre de 1999,
sobre la integración del desarrollo sostenible en la política
industrial de la Unión Europea, destinado al Consejo Europeo de
Helsinki.
En este informe, el Consejo destaca que la
integración de las consideraciones medioambientales en la política
industrial se basa en una serie de principios esenciales como son: la
importancia de la competitividad como clave de la política industrial en
las tres dimensiones (económica, social y medioambiental) del
desarrollo sostenible, la relación coste-eficacia de las políticas y las
medidas emprendidas, la promoción de acciones voluntarias y la
cooperación entre las partes involucradas, las características
particulares y los intereses de las pequeñas y las medianas empresas.
Conclusiones del Consejo
, de 29 de abril de 1999, sobre la integración
de las cuestiones medioambientales y el desarrollo sostenible en la
política industrial de la UE.
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