a relación intrínseca entre la máquina, la herramienta y el
producto, es clave para lograr los estándares de calidad requeridos en
el mercado. Las herramientas de corte están en constante evolución y en
la búsqueda lograr mayor precisión, certeza y confiabilidad en el corte.
En el presente artículo, el autor resalta puntos clave para lograr que
las herramientas alcancen un máximo desempeño y nos entreguen productos
de mayor calidad con una mejor relación de costo y tiempo. Son, de
hecho, las mismas máquinas y los métodos actuales de maquinado los que
hoy nos ofrecen los mecanismos para dar seguimiento del desgaste de las
herramientas de corte. Lo invitamos a reflexionar con el autor si
estamos haciendo lo correcto para mantener nuestras herramientas “en
buen estado”, logrando así desbastes con un mayor grado de “perfección”.
En
muchas ocasiones no se presta suficiente atención al efecto de las
desviaciones geométricas de las herramientas de corte en la precisión
final de las piezas producidas. Desde el punto de vista de la precisión
alcanzable en una pieza a fabricar, la tendencia en una cadena de
manufactura es pensar desde la herramienta hacia adelante, sin tener en
cuenta que esta también tuvo que ser fabricada de alguna manera.
En
el caso de las herramientas de carburos cementados, después de un
proceso de sintetizado, los filos son pre-cortados por electroerosión de
hilo y afilados finalmente mediante procesos de rectificado. En un paso
final, las herramientas de corte pueden ser recubiertas con una o
varias capas de diferentes compuestos para mejorar su rendimiento. Toda
esta cadena entrega finalmente un determinado valor de tolerancia
geométrica, que en ningún caso es igual a cero.
Por otro lado, los
insertos de corte, siguiendo la norma ISO 1832-1991 que rige su
nomenclatura, la tercera posición en el código de cada uno de ellos, se
refiere al tipo de tolerancias dimensionales que tiene el inserto mismo.
Se pueden conseguir herramientas de tipo A, con tolerancias que van
entre ± 5 y 25 µm, hasta insertos con tolerancia de tipo U, que en
tamaños superiores a los 25 mm pueden tener tolerancias entre los 250 y
380 mm. ( Ver Diagrama 1)
Cuando
se trata de herramientas sólidas, como fresas o brocas, además de la
tolerancia del diámetro de corte, que se encuentra normalmente en
valores de -20 a -60 µm para herramientas de más de 3 mm, se deben
revisar los valores de concentricidad del eje que a su vez llegan a ser
de 10 a 20 µm. Herramientas de mayor precisión, pueden alcanzar valores
de tolerancia en el diámetro y de concentricidad por debajo de 5 µm,
aumentando su costo, pero también la seguridad de que la pieza saldrá de
la máquina cumpliendo las tolerancias especificadas.
Todas estas
tolerancias, más otras que deben ser informadas por los vendedores de
herramientas, como la del radio de la punta de la herramienta en
escariadoras, o del radio de la esfera en fresas de bola, suman a la
incertidumbre de la medición final de la pieza que se quiere fabricar. Y
por esto es necesario instalar equipos de verificación geométrica de
herramientas en el taller. Dentro o fuera de la máquina, dependiendo de
la productividad del proceso, pero sin este paso, se está perdiendo gran
parte de la información necesaria para obtener un producto de buena
precisión.
Pero de nada sirve tener excelentes herramientas si la
máquina que las utiliza no tiene buena precisión de posicionamiento y la
robustez estática y dinámica que garantice que las piezas fabricadas
van a tener una buena calidad.
La empresa F.V. – Área Andina S.A.
fabricantes de grifería, sanitarios y complementos con sede en Quito,
Ecuador, es un excelente ejemplo de la aplicación de buenas prácticas de
manufactura mediante la combinación de maquinaria de última tecnología
con herramientas de excelente calidad.
Incluso capaces de fabricar sus propias herramientas especiales de carburos cementado
Con
la puesta en marcha de nuevas máquinas multitarea basadas en torno de
Mazak, se han logrado mejoras de productividad de hasta un 50% en
aplicaciones para piezas de latón para grifería, mediante el uso del
doble husillo y la doble torreta, haciendo 10 procesos en una misma
máquina. Este proceso reemplaza el trabajo hecho anteriormente en dos
máquinas separadas. Miguel Pantalano, gerente de la planta de grifería
de F.V. asegura que “los costos claves en este negocio son el minuto
productivo y el costo de la materia prima. Al reducir tiempos muertos al
no tener que pasar de una máquina a otra, tener mayor velocidad y menor
cantidad de operaciones, se logra mayor versatilidad para productos
complejos y se logra capacidad para sacar piezas casi listas, reduciendo
así costos clave.” ( Ver Figura 2 )
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