La
Teoría de Orbitales Moleculares, desarrollada en un capítulo anterior, puede
emplearse para explicar las propiedades de los sólidos (iónicos, metálicos y
moleculares). Un sólido se puede considerar formado por una serie de átomos
unidos entre sí mediante enlaces de tipo covalente. Esta idea tiene la ventaja,
desde un punto de vista químico, de tratar al sólido como una especie no muy
diferente a las pequeñas moléculas covalentes. La aproximación es aceptable
para describir el enlace en sólidos metálicos así como para explicar las
propiedades que presentan estos compuestos como el brillo, la maleabilidad y
las conductividades térmicas y eléctricas. Todas estas propiedades son el
resultado de la contribución de los electrones de cada átomo en la formación de
un "mar de electrones". El brillo y las propiedades eléctricas
derivan de la movilidad que poseen dichos electrones. La alta conductividad
térmica observada en un metal es también una consecuencia de la movilidad
electrónica porque un electrón puede colisionar con un átomo que esté vibrando
y en la colisión el átomo transfiere su energía al electrón, el cual puede, a
su vez, transferirla a otro átomo de cualquier parte del sólido. La facilidad
con la que los metales pueden ser deformados es otra de las consecuencias de la
movilidad de los electrones, ya que este "mar de electrones" puede
ajustarse fácilmente y de forma rápida a las deformaciones del sólido sin
modificar el enlace entre los átomos.
La conducción electrónica es característica de los sólidos metálicos y de los semiconductores. Para distinguir entre un metal y un semiconductor se utiliza el consiguiente criterio basado en la dependencia de la conductividad eléctrica con la temperatura.
Figura 1. Variación de la conductividad con la temperatura.
Los
valores típicos de la conductividad eléctrica de los metales están en el rango
de 10-105 ohm-1 cm-1 y los aislantes presentan
conductividades menores de 10-12 ohm-1 cm-1.
Los semiconductores presentan conductividades intermedias (10-5-102 ohm-1cm-1). Un superconductor es una clase especial de
material que presenta resistencia eléctrica cero por debajo de su temperatura
crítica. La Figura 1 muestra la variación de la conductividad frente a la
temperatura absoluta para estas sustancias.
La conducción electrónica es característica de los sólidos metálicos y de los semiconductores. Para distinguir entre un metal y un semiconductor se utiliza el consiguiente criterio basado en la dependencia de la conductividad eléctrica con la temperatura.
- Un conductor metálico es aquella sustancia cuya conductividad eléctrica disminuye al aumentar la temperatura.
- Un semiconductor es aquella sustancia cuya conductividad eléctrica aumenta al hacerlo la temperatura.
Figura 1. Variación de la conductividad con la temperatura.
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