martes, 5 de julio de 2016

TRABAJO INTELIGENTE

El debate del futuro del empleo va a pasar inevitablemente por las puertas que abre o cierra la aplicación de los sistemas inteligentes. La relación entre tecnología y trabajo siempre ha conllevado un grado de complejidad. A pesar de las opiniones favorables al impacto positivo de la tecnología en la productividad, en algunos países con un alto nivel de paro, el análisis sobre el futuro se hace complicado cuando irrumpen nuevos sistemas de trabajo o una economía que centra sus esperanzas en lo digital o en una "inteligencia mecanizada", como le gusta llamarla al economista estadounidense Tyler Cowen, basada en cualquier proceso de gestión susceptible a ser codificado en instrucciones y ejecutado por un ordenador.
El trabajo visto, no solo como medio económico, sino también como forma de inserción social y necesario para que una sociedad funcione, preocupa a todas las personas. Los cambios de paradigmas y de producción generan, a distintas generaciones, las mismas incertidumbres. Hasta ahora las máquinas ampliaban las capacidades cognitivas de los seres humanos, pero ¿qué pasará cuando estas puedan asumir estas capacidades más ampliamente en los ámbitos laborales? Las preguntas son inevitables. ¿Serán las tecnologías capaces de crear trabajo a largo plazo? ¿Cuál será el papel del trabajador en un mundo en el que el trabajo cognitivo se llega a automatizar? Estas son algunas de las preguntas que trata de analizar un estudio reciente de la Fundación Telefónica titulado El trabajo en un mundo inteligente.

LOS NUEVOS TRABAJOS SURGIRáN EN UN MUNDO DE MáQUINAS INTELIGENTES, CONECTIVIDAD PERSONAL PERMANENTE, LONGEVIDAD, ESTRUCTURAS SUPRAORGANIZATIVAS FOMENTADAS POR LAS REDES SOCIALES Y UN ENTORNO GLOBALIZADO Y MULTIMEDIA

Según los expertos de este informe: "Nadie duda ahora de que la utilización masiva de las tecnologías tanto en el campo como en las industrias ha supuesto a medio y largo plazo una mayor capacidad adquisitiva por parte de los usuarios, lo que ha impulsado la productividad y la calidad de vida de una forma global. De esta manera, los beneficios se repartieron entre los trabajadores más cualificados, los menos cualificados, los propietarios de capital y los consumidores. Históricamente, la destrucción de puestos de trabajo a manos de una tecnología viene a suponer la creación a medio y largo plazo de un número mayor de puestos de trabajo en otros sectores y tipo de actividades".
La automatización ha llegado ya a todos los ámbitos. Pero en el próximo peldaño todo será inteligente o eso nos dicen, maquinas ampliando funciones que estaban reservadas a los trabajadores humanos. Todos los sectores industriales así como el sector servicios se están llenando de máquinas pioneras: mayordomos, recepcionistas o asistentes personales robóticos. En esta nueva era tecnológica se prevé que el desplazamiento de trabajadores será más acusado que en cualquier otra anterior, ya que afectará a la sociedad de una forma más amplia. Este fenómeno está captando la atención de los académicos dado el gran impacto que puede llegar a tener.
Y estos nos dicen que en el futuro aparecerán nuevas profesiones, radicalmente distintas a las actuales. Algunas de ellas podrían ser pilotos de drones; coordinadores de la relación hombre-máquina en el ámbito laboral; científicos de datos; auditores de bienes compartibles en la economía colaborativa, diseñadores de moda, comida, etc., con impresión 3D; arquitectos de realidad aumentada; diseñadores de gamificación; telecirujanos; coaches virtuales; asesores en dinero digital; gestores personales de presencia online; expertos en simplificación; restauradores de entornos salvajes; entrenadores de robots, o analistas de conocimiento.
Según el experto en emprendimiento Abel Linares: "El 70% de los niños que hoy van a la guardería, cuando sean mayores trabajarán en profesiones que aún no se han inventado". Un estudio de 2011 estimaba que en el año 2015 en Estados Unidos el 60% de los nuevos puestos de trabajo requerirían perfiles que solo tendrían el 20% de la población, y esa tendencia continúa creciendo. Ambas previsiones indican la necesidad de desarrollar nuevas competencias para los nuevos puestos de trabajo.
"Estos surgirán en un mundo de máquinas inteligentes, conectividad personal permanente, longevidad, estructuras supraorganizativas fomentadas por las redes sociales y un entorno globalizado y multimedia. Estos puestos requerirán, sin duda, nuevas capacidades y competencias, como un enfoque multidisciplinar y multicultural, un pensamiento adaptativo e innovador, una inteligencia social, un pensamiento crítico, capacidad de interactuar con las máquinas, capacidad de análisis de datos e información, una cultura multimedia y trabajar en entornos virtuales", nos dicen los expertos.
En un estudio reciente de la Universidad de Oxford (Reino Unido) sobre la automatización, los investigadores intentaron cuantificar la probabilidad de que se digitalicen determinados trabajos al evaluar el nivel de creatividad, inteligencia social y habilidad física que requieren. Los coreógrafos, profesores y los asistentes sociales psiquiátricos están probablemente a salvo, según su análisis, mientras que los trabadores de telemarketing y los contables tienen más probabilidades de verse reemplazados.

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